En medio de las colinas que se alzan hacia el cielo, hay una ruta que forma con su mítica vida el río Ganges en su recorrido a través de los Himalayas, en esa senda hay muchos monjes enclavados en el valle, o en sus colinas, hombres y mujeres de fe inamovible, que como páginas vivientes mantienen activas las antiguas escrituras Védicas, dando crédito con sus vidas ejemplares, las grandes verdades escritas por los sabios hace miles de años.
Namaste, fue mi saludo a un maestro que habita por uno de estos recodos, que forma el torrente al ribetear los altos collados, las grandes piedras que se generan producto del tallado que hace el río en los riscos, parecieran querer atrapar el agua que se origina de sus nevados, una leve bruma cubre la superficie del río, como si fuera el vaho que arroja con su respiración el río, en el esfuerzo por lograr su meta, llegar al inmenso mar Índico, a lo lejos y serpenteando al compás de la ribera, se divisaba algunos templos pequeños de mármol, su perfil elegante se alza en cúpulas cónicas, cuya blancura resalta más en el contraste que se da con la floresta de verdes pinos, que llenan los cerros circundantes, moradas dignas de los Dioses que en su interior se cobijan, tal era el paisaje en el cual este hombre habitaba.
Hijo que te ha traído por estas tierras tan lejanas, fue la manera con que El, respondió a mi saludo. Vine con otros peregrinos a la fiesta del Kumba Mela señor, le respondí, asintió moviendo su cabeza y pensativamente, miró a lo lejos al ocaso que cierra el día, al esplendor multicolor, con que el sol dora las blancas montañas de los Himalayas, al guardarse asimismo dentro de las nieves eternas, negando por ahora su esplendor a los ojos humanos y esperando el mañana para desarrollar nuevamente la sinfonía de colores de un nuevo amanecer.
Todas las escrituras religiosas recomiendan a sus devotos la visita de los lugares santos, continuó diciendo el swami, por ejemplo: visitar la Meca una vez en la vida, es un mandato espiritual para un musulmán, ir al monte Kailas o visitar Vrindavan, la tierra donde pasó su infancia Krishna y otros lugares santos lo son para el hindú, igualmente que para el cristiano lo es Jerusalén e ir al monte del calvario o a la iglesia de la natividad, el lugar que marca la tradición cristiana, como el de nacimiento de Jesús El Cristo, todos los credos proponen, estas visitas, como una manera de ponerse en contacto íntimo con la cuna de su Fe, luego una chispa graciosa asomó a sus ojos y esbozando una sonrisa continuó diciendo, a los materialistas afanados en el dinero también tienen sus lugares sagrados, el Walt Street, la cuna financiera de occidente, la 5ta avenida llena de hermosas tiendas, etc. ves querido, todos buscan encontrar una expresión externa que refleje sus más caros anhelos, la representación física de sus ideales, pero esto a veces no es posible para todos o es muy difícil, permíteme ahora compartirte otra forma de hacer una peregrinación, diciendo esto se acomodó el viejo manto ocre que traía sobre los hombros, pues ya se sentía la brisa fría que venia de las alturas, esto y una tela que a manera de faldón tapaban sus partes intimas conformaban su sencilla vestimenta, su apariencia era de mediana edad, de una altura promedio, con la piel quemada por el sol de las alturas, era un monje típico como los muchos que se ven por las riberas del Ganges, excepto por esa mirada dulce y tierna, con la cual me miró y sopesando mi atención, continuó diciendo, desconocido por la mayoría de creyentes, hay otras formas de peregrinaje que hacen los renunciantes, recluidos en sus cuevas o ermitas diariamente y sin moverse un ápice de su lugar, peregrinan por los caminos del Señor, “Dios es en todos y en todo, hijo mío”, si miras a tu alrededor todo está bendecido por la divinidad nada de lo que existe, existe sin la energía del Señor, así todo es santo, las piedras, el agua, el aire, las plantas, la tierra, las estrellas, los soles, todo y en nuestro propio cuerpo también existe esto, el ser común no puede ver los lugares por donde esa energía primordial y divina, ese soplo creador del padre circula, donde anida para darle conciencia al Ser, donde esos vórtices de energía se convierten en hilos y esas hebras luego tejen la urdimbre que se ve como un cuerpo humano, y mucho menos donde se asienta, para dar la aparente conciencia de individualidad, donde El se oculta en uno, para jugar consigo mismo un juego que se llama amor, así el que conoce hijo mío esta verdad, diariamente visita estas estancias sagradas estas iglesias que es como se mencionan en el nuevo testamento de la Biblia cristiana, estos lugares son internos, como lo son también la montaña sagrada llamada Kailas por los hindúes, y el monte Sinai donde se le presentó Dios a Moisés, ellas tiene su representación en nosotros, en la coronilla, el centro más elevado en nuestra cabeza, y así como el ganga que nace en el cielo y se precipita a las altas montañas de los Himalayas sobre la cabeza de Lord Shiva para después recorrer las sedientas tierras de la India , igualmente desde la cima de tu cabeza, el líquido céfalo raquídeo se vierte recorriendo las estancias, que son los diferentes ventrículos, que son el símil externo de las ciudades santas, donde se celebran los melas (las fiestas religiosas) este licor sagrado, este maná, producido al interior de tu cabeza, impregnado de los pensamientos elevados generados por tu amor a Dios y tu elevada meditación, bendice la tierra, que es tu propio cuerpo, bañando, alimentando, nutriendo, espiritualmente todas las ramificaciones que nacen del sistema nervioso central y que impregna la sangre también llegan a cada una de las células de tu cuerpo, que son el paralelo de los miles de creyentes que se bañan en los ríos sagrados, por eso hijo mío los hombres santos generalmente no están interesados en este recorrido externo, pero acceden estar ahí, en los sagrados festivales, como una respuesta al llamado espiritual de sinceros devotos, ellos expanden sus bendiciones para todos, al igual de como se propaga el aroma de las flores recién abiertas al amanecer a toda la naturaleza, y ésta sólo atrae con su fragancia a las abejas, asimismo estas bendiciones, aunque llegan a todos los rincones, sólo son captadas por los corazones puros de los verdaderos devotos y sinceros creyentes, almas ávidas del néctar espiritual, como los colibrí que buscan extraer el néctar de las flores. Aprende tu querido, también a visitar los lugares santos de tu propio cuerpo. Has esta peregrinación diariamente, recorre tu propio continente, desde las zonas más apartadas, más limítrofes, que son tus pies hasta la cima de tu cabeza, tus propios Himalayas, pasando por todos aquellos lugares sagrados anclados en tu columna vertebral extrae tu también el mensaje divino oculto en cada uno de estos chakras, ruedas de energía que semejan flores, este es el camino de los santos, la escalera con que Jacob ascendía al cielo, el camino que uso Dios para descender y hacerse humano…diciendo esto, un largo silencio siguió a su discurso, sus ojos miraron mas allá, a donde no se puede ver y su rostro se iluminó, con una imperceptible dicha que lo rodeó.
Avanzó el atardecer y con el se adentró más la noche en el valle, las estrellas titilaron en lo alto como reclamando nuestra atención, y al fondo el río seguía con su sonoro canto alabando con su paso toda la creación.
Extracto del libro “El vuelo del colibrí” de Eduardo Buenaventura Díaz
7 comentarios:
Me gustó mucho. Magistral, profundo, místico, espiritual.
narrativa profunda e muito espiritual
beau passage
Majestuoso
que profunda narración, me ubiqué en la India, en el peregrinaje del Kumbhamela, conversando con los grandes maestros espirituales; agradezco la vivencia.
ha hecho una bella descripción de la India profunda y muy espiritual, me dejo maravillada la lectura.
Hermoso extracto del libro, muy bien definida la India, tan espiritual y especial como la imaginé.
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