Las ilusiones son los hechizos de la materia y los sueños son las aspiraciones de Dios.

Y acercose el Maestro a preguntar.

La diferencia entre un sueño y una ilusión, ¿si sabría yo?

En mis ojos mi ignorancia se traslució.

Y el respondió:

Las ilusiones son los hechizos de la materia y

Los sueños son las aspiraciones de Dios

Los cuentos hablan de brujas que hechizan a las princesas en bellas durmientes.

Seguro acaso te pareció invenciones que para niños seria.

Pero cuánta verdad hay en esta infantil leyenda y ¡que sabiduría!

Tu imaginación, tus sentimientos y tu intelecto, féminas son.

Que caen bajo el embrujo de una manzana envenenada por la ilusión.

De creer que la materia y sus cohortes energéticos la única realidad son.

Ignorantes de que su coherencia es sustentada por la mística conciencia.

Así el hombre olvida su naturaleza, su natural-realeza.

Y desdichado duerme en el letargo de la ignorancia creyéndose esclavo siendo rey él.

Su intelecto, imaginación y aspiración en los logros mundanos empleados ahora son.

Pero cuando en virtud de un beso de un príncipe de sangre azul.

Masculinas y varoniles, tu razón, tu voluntad y tu celeste espíritu son.

Así la bella dama de su sueño ilusorio despierta, tu alma libre queda.

Gracias al varonil principio azul, creador del espiritual amor.

Así unidos la razón y el corazón pueden reinar en el palacio del cuerpo material.

Iluminados por una inspiración real que del mundo divino descendió.

Y entre los dos se engendró un sueño inspirado por el muy amado creador.

Una virtud, un quehacer, una vocación, un servicio.

Tal es, que saber debes y con el auxilio de la sabiduría interior puedes.

Diferenciar entre tus ilusiones y tus aspiraciones.

Por la oscuridad adormecido y dormido o con tu lucidez demuestres estar despierto.

Y dés Fe, de lo expuesto en tu co-razón unido a tu razón, en una actividad

Acto de vida, que de la existencia de tu alma trascendente, ésta es.

Hijo del sueño celeste eres, e igual que este,  debes una muestra dar.

De Fe, esperanza y amor, a través de tu accion.

Extracto de Poemas a Mi Ego de Eduardo Buenaventura Díaz