Mira al centro, en ti y todo lo demás otro sentido tendrá.

Lo que se irradia del centro a la periferia pierde su integridad.

Sólo lo que se mantiene en el centro, conserva la fuerza de la unidad.

Las dificultades se acrecientan, a medida que de tu centro te alejas.

Y se van solucionando a medida que regresas, la paz se manifiesta.

Las diferencias surgen cuando hacia fuera miras.

Hacia el centro observaras sólo el amor de la unidad.

Lo de adentro sostiene el exterior.

Múltiple es lo de afuera, pero el centro, único es.

En el centro la unidad, en el perímetro la diversidad.

La rueda se mueve, e inmóvil el punto del eje esta.

El ojo de un turbulento huracán permanece vacío y en paz.

Por ello:

A medida que te alejas de ti mismo.

A medida que pierdes tu centro.

A medida que no te miras interiormente.

Se alejaran de ti el amor, la integridad, la fuerza, la paz, la sabiduría y la unidad.

Y en la medida que internamente vacío no estés, un universo pleno no podrá en ti existir.

Y entonces nos veremos diferentes.

Y los problemas irresolubles y complejos serán.

Y declararemos límites y fronteras por nuestra seguridad.

Y los pueblos temerosos se armaran.

Y la oferta y la demanda aparecerán para justificar de tu hermano poder ganar más.

Y las relaciones sin la base del amor terapias precisarán.

Y las parejas para subsistir contratos pedirán.

Y los hombres al equivocar su centro en otro, medicinas requerirán.

Y los seres al perder el contacto directo con su interior iglesias necesitarán.

Y el etcétera será cada vez más.

Mira al centro, en ti y todo lo demás otro sentido tendrá.

Desaparecerá el miedo porque descubrirás con todo tu unidad.

Por que en el vacío se gesta la totalidad.

La compasión resurgirá.

La sabiduría tendrá su omnipresente lugar.

Y los caballeros y damas de los cuentos renacerán.

Del libro Poemas a Mi Ego, Eduardo Buenaventura Díaz