Había una vez un gran erudito llamado Rabi Naftali Zvi Yehuda Berlin, a quien se conoció como Netziv.
Tenía muchos alumnos y había escrito docenas de libros. Un dia Netziv hablo a sus alumnos de como había elegido el camino de su vida y esta es la historia que relato:
Cuando tenia diez años era un estudiante mediocre, en clase me hacia el loco, no escuchaba a mis maestros. Me sentía en problemas todo el tiempo. Entonces un día, escuche a mi madre llorar cuando hablaba con mi padre, me acerque sigilosamente a la puerta de la habitación y escuche. Mi madre dijo ¿Que vamos a hacer con Neftalí? No estudia, esta reprobando todas las materias, ya no quieren permitirle regresar a la escuela y sin escuela nunca podrá hacer nada. Yo me quede impresionado. Me sentí muy mal de haber provocado tanta angustia a mi madre. Regrese a mi cuarto y tome una decisión: a partir de ese día me concentraría en mis estudios y dejaría de hacerme el loco, escucharía a mis maestros para que mi madre estuviera feliz otra vez. Como pueden ver, continúe mis estudios hasta convertirme en erudito, ahora soy maestro, tengo miles de alumnos y he escrito muchos libros.
Con frecuencia me pregunto que hubiera pasado si no hubiera oído llorar a mi madre, aquel día. estoy seguro de que habría sido una buena persona, del tipo que da limosna y va a la sinagoga regularmente, que reza y estudia un poco y cuida a su familia lo mejor que puede. Hubiera tenido una vida buena y sencilla. Y después de muchos años llegaría la muerte y al estar ante el Creador.
El me diría muy bien, Rabi Naftali.
¿Rabí? ¿Que esta diciendo? No soy rabino. Soy un buen tipo una buena persona, pero no un rabino. Tal vez halla un error.
Pero antes de corregirlo, El preguntaría. ¿Donde están sus alumnos?
¿Alumnos? ¿Esta loco? ¿De donde voy a sacar alumnos? Soy una persona cualquiera. Una buena persona, ¿pero que se yo de enseñar? Con trabajo termine la escuela. Me ha confundido con alguien más.
Pero antes de aclarar las cosas el Creador continuaría: ¿Y donde están todos los libros que has escrito?
¿Libros? ¿Qué libros? Apenas puedo leer, no digamos escribir. Podía leer oraciones, ¿pero libros? No, no escribí ningún libro.
Y el Creador estaría decepcionado.
¿Por qué? ¿Por qué decepcionado? Yo había sido una buena persona. Un hombre sencillo, es cierto pero bueno. No escribí ningún libro, pero tampoco hice mal en el mundo. No tuve alumnos, es cierto ¿pero no había cuidado de mi familia? ¿No había dado limosna e ido a la sinagoga regularmente y aprendido todas las oraciones? ¿No es eso suficiente? ¿Qué derecho tendría el Creador de sentirse decepcionado de mí?
El Creador tendría derecho de sentirse decepcionado porque si yo no hubiera escuchado a mi madre llorar aquel día no hubiera desarrollado todo mi potencial. Vivir una vida buena y sencilla, incluso una vida espiritual, no era suficiente.
Porque el hecho es que todos nosotros estamos en este mundo para realizar una tarea particular. Solo porque una persona viva una vida buena no significa que haya logrado aquello por lo que esta Aquí, decepcionamos al Creador y desperdiciamos nuestras vidas.
Extraído de la Web
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