IF I HAVE SEEN FURTHER IT IS ONLY BY STANDING ON THE SHOULDERS OF GIANTS
SIR ISAAC NEWTON

viernes, 15 de abril de 2011

La casa de Jirón Progreso

La casa de mi infancia era grande como la voluntad del abuelo el jefe familiar 
Y pequeña como para que no se escape el olor y sabor de hogar
La terraza amplia, que sabia de matemáticas y geometría
Flanqueada y cuadrada por sus cuatro costados, repetía
Contando y cantando los sonidos, de los pasos a nuestros pasos
Macetas verdes y ladrillos rojos con líneas blancas, que tréboles protegen
Terraza con sus surcos de agua y alegría que desde la sala las visitas nos compartían
Donde había hermosa poesía de belleza enjaulada
Que con sus cantos a su vez a la casa atrapaban
Grande para albergar al viajero, al vecino, al amigo y al compañero
Pequeña para escapar de la disciplina del abuelo
Perezosas para románticas lecturas con cortinas de acompasados aguaceros
Paltos, rosas y flores con sonidos de grillos y cuculíes combinadas
Tempranas sinfonías que nos despertaban y ordenaban 
A los rectangulares ventanales a abrirse a la aurora
Dejando escapar ansias tempranas de manjares, que el mercado aplacaba
Escaleras, portones y ventanas, paredes altas, calaminas y tejas armonizadas
La casa de jirón Progreso
Te quedaste en una esquina pero te truncaste para no herir al caminante
Puerta siempre abierta que la silueta de mi abuelo enmarcaste
Marcelino de caminar cadente y mirada transparente
Tirantes, corbata, camisa blanca, sombrero jipijapa, siempre elegante
Atento y sincero a la consideración del  mendigante, pobre o demandante
Blanca enorme flanqueando el camino con tus tres puertas alegrando
Con los sonidos de familia queriendo, uniendo y compartiendo
Como olvidarte, recuerdo que tenías una inmensa piedra en medio de tus entrañas
La cual daba a la familia seguridad y alegría con la que filtrabas agua pura y cristalina
Y por tus contornos rodados podíamos juguetonamente resbalarnos
Sobre ti un menaje inolvidables tazas y platos blancos con cintillo azul dominante
Una alacena que me parecía que llegaba al cielo de grande
Siempre me gustó mirarte esbelta y grácil, eras con tu malla una dama elegante
Comedor, mesa larga, muy larga con mantel a cuadros de verde radiante  
Algarabía infantil y familiar concertadas con pan, mantequilla y leche humeante
Como olvidarte si me enseñaste a oler la lluvia y a tu vera mojarme
Eras tan gigante que mis zapatos desgastaste tratando de caminarte
Chica para ocultarme cuando me buscaban por mis travesuras para castigarme
Gatos, perros picaflores, abejas abejorros combinadas con olores de fréjoles
Asientos con pellejos de cabras para noches estrelladas y calmas
Donde soñar y dormir para repararme y correr mañana al río a bañarme
Un candil que se rodeaba de cuentos e historias de terror y  espanto
Niños asustados que se seducían por la oscuridad de tus encantos 
Pequeño, solo y solitario de ojos grandes con zapatos y pantalones rotos
Por donde me escapaba con mi cometa a volar con las nubes al azul y celeste
Tierra en la cual enterré mi corazón lleno de esperanzas y de amor
Ahí viví un tiempo inolvidable.

Dedicado a mi familia, Eduardo Buenaventura Díaz

1 comentario:

luis dijo...

Eduardo, que bueno que decidiste escribir este poema familiar, que nos une en el verbo y los signicados. Un abrazo de niños, en el banco de la cocins de la casa de la calle Progreso.