Yo soy el hijo del amor
De mi padre sol, que ama intensamente a mi madre tierra;
El la enamoró con los mil colores, que colocó en el trasfondo de su tez azul oscura,
Él la ilusionó cambiando su piel, de fría a calurosa, de estival a lluviosa, de triste otoñal a gloriosa.
Él la enamoró enviándole canciones susurrantes en los vientos, con mil poemas de amor que en las gotas de la lluvia guardo.
Y le regaló preciosas gemas, en los cristales de los copos de nieve
Él la enamoró con el caleidoscopio de un verso florido, que trastocó lo celeste del amanecer y el atardecer, de cada nuevo día.
Y ella le respondió: con sinfonías de trinos, que en las aves al cielo envió.
Y para recibirlo en cada mañana, con guirnaldas en floración se adornó.
Guardó su perfume en las flores, que coquetamente al viento lanzó, en cada amanecer cuando el la miró.
Olor en la que le expreso la inocencia de su juventud.
Y mi madre se dejó amar,
Abrió sus entrañas para ser fecundada,
Por el calor y la humedad de la lluvia de su amado sol,
Y fruto de esa unión consumada en la pasión de la noche y el día
Nací yo como una consecuencia de ese puro amor.
Pues comí los frutos de esa tierra y respire ese aire, de esa misma que se alimentó mi padre y mi madre.
Yo soy el fruto de ese amor,
Pues mis huesos se formaron del calcio y del magnesio y mi sangre roja por el fierro.
Mis músculos y mi carne son fruto de los frutos, de los granos y semillas con que mi madre me alimentó.
Y mi energía deviene del sol y aire que alimenta mi vida, día a día
Pues todo yo desde lo más sutil a lo mas grosero,
Soy producto del amor sublime de mis sidéreos padre y madre.
Soy fruto de ese su amor,
Que diariamente alimentan mi vida y mi existencia,
Que me cuidan con su calor, su cobijo y su firmeza.
El hijo de ese amor que se recrea día a día,
Aún ahora que yo soy grande.
Me complace verlos amarse sin vergüenza, sin temer que yo los vea.
Ni ocultan su sudación ni el perfume de su amor, el perfume mojado de tierra fecundada con la lluvia.
O el olor de los rayos que caen juntos con los truenos jadeantes y estruendosos, éxtasis eyaculatorio creador de mi progenitor.
Tierra mojada, oscura, oliente, recién fecundada,
Toco la panza de mi madre siempre preñada.
Contenta de llevar siempre en sus entrañas el amor de mi padre el sol, que con su corona de refulgente realeza
Siempre majestuoso, con su capa de estrellas,
Envolviendo siempre
A mi madre en segura protección.
Aguardando el nacimiento del fruto de sus amores
Yo
El hijo del amor más puro, sagrado y eterno
Yo soy hijo del cielo y de la tierra,
Ese soy yo.
3 comentarios:
No hay palabras para expresar la sensacion que me produce este poema, me quebró.
cuánta profundidad
hermosa relacion la q a plasmado
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