Deja que la “virgen” en ti emerja

¿Por qué para ser virgen, tienes… que ser… virgen?
¿Por qué para hacer milagros tienes que ser… santa?
¿Acaso dar la vida a un ser no es un milagro?
¿Quién puede hacer esto?... solo una mujer tiene ese don milagroso de permitir la vida.
Ningún artilugio científico podrá hacerlo jamás, porque la vida solo proviene de la vida
Y esa vida solo la provee Dios.
¿Por qué la escogió a ella como su intermediaria en la tierra….?
¿Cuáles fueron las razones del creador…? 
Una mujer es pura no por su ausencia de sensualidad, sino por su incorruptibilidad
El oro puede ser enterrado en el barro más hediondo
Pero jamás lo podrás convertir en otro metal…seguirá siendo oro.
Su pureza es intrínseca
¿Recordaras esto…tu mujer?
Tu origen, tu cualidad y divinidad intrínseca
No te dejes influir por el mundo materialista que nos rodea.
Tú eres la esperanza para una nueva era de paz, amor y justicia.
No en la educación o en el desarrollo intelectual, eso vendrá por añadidura.
En tu vientre se engendran las razas que vendrán.
Sagrada tu matriz.
Cáliz que consagrado es donde se puede verter el reino celestial
El cielo lo intenta todo el tiempo
No se cansa de confiar en ti
El de llegar aquí a la tierra para generar el cielo
Y tú eres su compuerta
Para que los ángeles desciendan
En cada hijo un sueño de la divinidad baja
“El” dice: lo intentaré de nuevo ojalá este niño se logre y lo dejen ser el vehiculo de mi ser.
Pero he aquí que los niños son engendrados como si fueran humanos.
Son poseídos como si fueran de la pareja su pertenencia. 
Y quieren que realicen los anhelos y ambiciones de sus padres.
Defiende al crío que dentro engendras, protege la luz que del otro mundo traes.
La estrella que del firmamento desciende.
¡Si! todos aquellos que vienen cuando la vida lo permite, tienen este designio.
Y no me refiero a los índigo, cristal o como se llame me refiero a todos los bebés.
¡Ofrece tu vientre conscientemente! para que la luz, el amor y el plan divino desciendan a la tierra.
Mujer tu eres la maestra de la Nueva Era, no los gurús.
Deja que la “virgen” en ti emerja y el milagro de un nuevo mundo se haga realidad.
Agarra tu vientre entre tus manos al amanecer, al medio día y al atardecer y di:
“Que Dios te bendiga hijo (a) mío (a) que en ti reine la luz, que los ángeles y arcángeles moren en ti siempre, que a través de ti el reino de los cielos descienda a la tierra, Amen…”

de Poemas a mi ego de Eduardo Buenaventura Díaz.