De ti depende

A los seres humanos no los podemos poseer

¿O sí?
Por ejemplo tenemos la ilusión de poseer a nuestros hijos
Pero ellos solo están prestados o mejor dicho dados en encargo para ser criados
Tal vez los niños en su inocencia nos confunden con sus padres pero en verdad no debemos dejarles en el error
Su verdadero Padre es el CREADOR y de Él, todos somos sus hijos.
Cuando no está claro esto, se crean las ilusiones: como mi hijo o el hijo de…
O mi padre o madre o los padres de fulanito…
Imagínense si salváramos esas barreras cualquier hombre o mujer podría criar a cualquier crío
Y cualquier crío vería en los demás a sus padres.
Todos cuidaríamos de los ancianos y de los niños, ¿qué mundo diferente sería éste, verdad?
Si acúsenme de fantasioso pero no de irreal muchas tribus tribales han vivido así.
¿Y por qué no la gran tribu humana?
Algo similar ocurre con la pareja, un ser que nos brinda su amor, sus pensamientos, sus sentimientos y su compañía
Y de pronto queremos apoderarnos de él o ella, adueñarnos de su vida y decir mi marido o mi mujer.
Y claro para tener la certeza de ello, que mejor que firmar un papel.
O pedir la certificación de un dios que se preste a realizar el papel de juez o fiscalizador.
Como si el amor fuese un artículo etiquetable, controlable, mesurable o manipulable a la humana voluntad.
Nadie nos pertenece, aunque el susodicho o susodicha en su declaraciones (sinceras por cierto) nos diga soy tuyo o tuya hasta la muerte.
Es por ello que no creo en el matrimonio como muestra de amor, el amor estará mientras dure con nuestra o sin nuestra voluntad.
Gracias a Dios, que es libre siempre libre como él, después de todo es su expresión y manifestación.
Lo que pasa es que creemos que el amor está en ese amado envase y la verdad es que está en nosotros.
Si fuera así todos al ver el envase lo amarían pero la realidad es que sólo nosotros somos tocados por aquella “realidad”.
Por ello sólo vive el presente y toma el amor como un regalo de éste
Disfrútalo si eres correspondido y sino mejor aún porque nunca te decepcionarán.
Siempre creerás que ese ser es el perfecto y lo idealizarás.
Como las aves que están de paso sobre las ramas de un árbol u otras que hacen su nido durante el tiempo de apareamiento y después se van.
Así, cuando el amor toque tu puerta no pretendas detenerlo sólo disfruta de su canto y su encanto.
Así nunca se terminará porque el presente no tiene pasado ni futuro solo este momento, que puede ser toda una eternidad...
De ti depende.
de Poemas a Mi Ego de Eduardo Buenaventura Díaz