Maestro
¿Qué es la compasión?
Es ver en los demás a otro Yo
A los sufrientes por carencias físicas, con pobreza y enfermedad
Mirarme en el ignorante y en el pecador
Verme en el criminal y en el violador también
En el ególatra, pedante y en el vanidoso ¿por qué no?
Pues todos son YO, en algún estrato de mi evolución
Los venenos de la ignorancia, egoísmo e ira se han posesionado de sus cuerpos-mentes.
Como el alcohol atrapa el cerebro de un hombre sano
Haciéndole ver las cosas como no son
Así ellos (los venenos) cubren la prístina naturaleza de su puro ser.
Al cambiar de posición y de lugar con ellos
Te verás a ti mismo
Como si retrocediendo en el tiempo, te vieras gatear y caerte al aprender a caminar
Balbucear y diciendo cosas ininteligibles al tratar de hacerte comprender.
O llorando por alcanzar algún juguete fuera de tu alcance.
O cuando adolescente cometiendo los faltas propios del crecer y madurar.
Te reirás de ti mismo o te dará pena verte a ti mismo tan limitado en ese cuerpo-mente de un infante.
O dirías como no hubo alguien que me hiciera entender, o a lo mejor, corregirme de mi error.
Así mi querido amigo a través de la meditación descubres tu unidad con todo
Descubres tu yo inmerso en los demás y en la totalidad
Y en lugar de despertar en ti la ira, la critica, el juzgamiento y el deseo de destruir.
Solo emerge la compasión, que es la octava superior del amor
Con esa clara visión de tu mente ¿Cómo podrías criticar o juzgar? ¿Ofender o sentirte ofendido? ¿Cómo desearías venganza o el mal a alguien?
La compasión no es algo que se desarrolla, sino que se descubre en la medida que disminuye tu ego y más vive tu yo.
Mi querido, la compasión es la verdadera naturaleza de la que está hecho tu corazón.
Terminando de decir esto tomo el dinero que había depositado sobre su regazo.
Musitó una plegaria sobre él y me lo devolvió.
Tómalo y guárdalo, no lo gastes ahora es un protector.
Aquí yo tengo todo lo que necesito.
Aunque lo que yo veía era un viejo manto tapando sus hombros y una figura humana muy demacrada
Mi inspirado maestro era ciego, pero sentí el poder en su santa mirada al despedirnos.
Monté la mochila sobre mis hombros y me alejé raudamente, para que no viera mi vergüenza por mi humana pequeñez.
De Poemas a mi ego, Eduardo Buenaventura Díaz
2 comentarios:
Interesante; por eso si queremos entender a nuestros padres, a nuestros hermanos, amigos, a los seres humanos en general, remontèmonos a su niñez, para escucharlos con compasión y comprender de dónde se originan sus miedos y rigideces. Todo aquello que nos hicieron es consecuenia de sus temores. Hemos escogido venir aquí para aprender una lección determinada que nos hará avanzar por el sendero de nuestra evolución espiritual.
Decididamente la compasión es muy importante en el ser humano, es lo que te permitira no juzgar, criticar, destrozar a tu projimo. Hay que enseñar esta cultura de valores para ser mejores no peores, cada vez estamos mas insensibles ante el dolor y sufrimiento
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