Adiós caquita, decía Luana agitando su pequeña manito, con sus dos años estaba aprendiendo a usar el inodoro, en su mente y corazón infantil y sin programas culturales que le hayan enseñado a juzgar las cosas de una u otra manera, sus heces eran parte de ella y como tal se despedía como de amigos que se van y que más tarde se verían de nuevo, me hizo reflexionar que en otras culturas como en la china antigua los médicos diagnosticaban con la orina, sudor, esputos, etc. y en las heces, en especial de sus pacientes, oliendo, palpando, mirando, aunque nos de asco el sólo leerlo; para ellos era valiosa información como lo podría ser ahora un escáner corporal para un médico actual, al igual también en la naturaleza como todos saben, en su infinita inteligencia ella no desperdicia nada y todo es aprovechado. Cuando veo a mi perro olfatear los excrementos de otros perros las orinas que dejan sus colegas en los postes y árboles de la vecindad, pienso que para Scooby no son heces, cochinas llenas de bacterias y desechos, para él es información biológica, el background bioenergenético actualizado, emails, nunca mejor dicho, pues es información electrónica, átomos que interactúan con su mucosa nasal, convirtiendo los olores en impulsos nerviosos que su cerebro descodifica analizando a través de ellos la calidad de energía vital, salud, ritmo hormonal, tipo de alimentación, estilo de vida, etc. del depositante, o en cambio mensajes de testosterona marcando un territorio, en el cual su instinto de macho le obliga a sobre escribir sobre el otro texto para reafirmar su espacio, también recuerdo ahora que en la guerra de secesión o guerra civil americana, cuando no existían los antibióticos ni la idea que más tarde se hiciera popular con Pasteur, la de los microorganismos y la trasmisión de infecciones, muchos soldados heridos en combate no pudieron recibir atención médica adecuada (que era cortarle un pié, una pierna o un brazo) en el caso de grandes heridas éstas quedaban expuestas al medio y lógicamente fueron nido de larvas de moscas, pero sucedió que esas larvas en lugar de destruir el tejido se alimentaron de los pedazos de carne muerta y desechos de las heridas, y con sus residuos (heces y orina) de estos gusanos, cicatrizaron los tejidos, ya en nuestros años fue rescatada esta experiencia y actualmente se trata a los pacientes con pié diabético, mediante el implante de larvas de moscas especialmente criadas para ello, no les parece esto asombroso!!, el universo tiene una inteligencia y sabiduría insondable a la cual nosotros estamos acostumbrados a juzgar con nuestros escasos conocimientos, si estuviera vivo San Francisco hubiera incluido dentro de su oda a la creación y su canto a la vida, junto al hermana agua y los hermanos animales, a los virus y bacterias, actualmente, un no tan santo para las transnacionales industrias farmacéuticas pero si sabio, el genial Dr. Hamer acierta agudamente cuando dice que los microbios, virus, hongos y bacterias son estrategias de la naturaleza (para deshacer tumores o reconstruir tejidos), ayudantes del cirujano interior, del médico interno de nuestro organismo, que es miembro del staff de la inteligencia y estrategia universal de la vida, cuando pienso que Dios, que según las culturas religiosas es el origen de toda sabiduría e inteligencia, me pregunto ¿como pudo errar en crear estos bichos? Tal vez lo más lógico seria pensar que nosotros estamos errando en nuestras hipótesis con respecto a la enfermedad, así hemos aprendido que hay un universo externo hostil que trata de destruir la vida en nuestro interior, en realidad somos uno, si bien aparentemente separados.
Pensaba en todo esto cuando, me pregunté cómo actuaría yo, si tuviera un tumor y escribí esto:
Hola tumor
Te tengo miedo y rechazo
Y tan solo escuchar tu nombre se me crispan los pelos
Me enseñaron a temerte, aborrecerte y rechazarte
Y me pregunto el por qué de ello
Si tú eres carne de mi carne y sangre de mi sangre
Tan como un hijo o aún más porque vives en y dentro de mí
Por eso hoy quiero aceptarte ya no luchar contra ti
Ni en mi mente, ni en mi corazón
Eres mi hijo ilegitimo que hoy reconozco
Como un emisario de mi interior, desde la sabiduría de mi ser
Que me desea enseñar
Sobre la ruta o el camino a aprender
La sapiencia que mi consciente no puede entender
Estoy dispuesto a escucharte
Estoy atento al sentir de tu sentir
¿En que he de cambiar?
En mi manera de pensar, en mi sentir o en mi hacer
Gracias amigo
Te amo
Te acepto
Te escucho
Mensajero de la sabiduría infinita del universo que esta en mí.
Cavilaba en todo esto reflexionando en lo que les decía a mis pacientes, que en el tiempo se hicieron amigos, que tenían tumores, tratando de sentir su interior, y también en que en la naturaleza nada existe, sin un porqué y para que, sin un fin o una causa especifica, todo pertenece a un plan maestro de amor divino…nada esta hecho al azar, aunque así nos parezca.
Viendo la crudeza que existe en las salas de emergencia de los hospitales del cáncer escribir lo que escribo suena a las palabras de un soñador, pero no soy ajenos ello, muchos pacientes han muerto en mis brazos y he visto sus heridas, laceradas, quedándome en ello no lograré nada, se que debemos prevenir, que debemos amarnos incondicionalmente, alimentarnos adecuadamente y cultivarnos espiritualmente, entrar en un estado de conciencia donde existe la fuente de toda esperanza, el mundo material es limitado aún con todos sus avances, todos conocemos alguien que sigue vivo bajo todo pronóstico científico, y yo conozco varios de ellos, los únicos que logran seguir avante son los que tienen un motivo profundo por vivir y así un tumor, un diagnóstico terminal no significan nada mas, que mas esfuerzo y dedicación pero nunca una claudicación, le perdieron el miedo al morir, lo toman no como un obstáculo o un verdugo, sino como un Couch, un entrenador, un maestro, han descubierto que inherentemente en ellos existe un poder que los hace vencedores siempre, han tomado las riendas de sus vidas en sus manos, pero eso no es gratis, no es suerte, eso se elabora con la crianza asertiva desde niños o cambiando nuestra manera de ser quejosa y dolorosa, juzgadora y critica, rencorosa y vengativa a una vida de fuerza, sabiduría y amor, haciendo un cambio consciente, remodelando su interior, lo cual se manifestará en su exterior, los mejores ejemplos de ello son los atletas de elite, saben que la ultima frontera del deporte de las grandes plus marcas mundiales lo logran sólo aquellos que creen poder hacerlo: visualizando, creyendo, auto afirmándose, nunca dudando en que lo lograran, sin la más minima rajadura en su fe, con iguales capacidades físicas, entrenamiento científico, súper alimentación, lo que los diferenciará en el momento supremo, es su entrenamiento mental, no estamos aquí hablando de luchas contra las enfermedades, aquí no luchamos contra nada, porque demostrado está que a mayor fuerza en un sentido se acrecienta la del lado contrario, esto es una simple Ley de la Física, pero a diferencia de las guerras externas, esta batalla se desarrolla dentro nuestro y eso significa que si luchamos contra una parte de nosotros mismos nos dividirnos esquizofrénicamente lo cual es una locura, creamos una especie de guerra civil que todos sabemos a nada conduce y esto disminuye tremendamente nuestro sistema inmune, no lo acrecienta, el secreto está en el amor en el aceptarse en reunir todas la fuerzas aun el de la enfermedad la cual debemos alquimizarla en fe, esperanza y amor, y usarla en un solo sentido en el de alcanzar la realización, sólo puede haber un resultado, producto de una mente que se concentra como un láser en un solo ideal, y es el de la VICTORIA!! final, el de dejar ser a su alma.
De los programas de los días sábados en la radio de Eduardo Buenaventura Díaz.