"En cualquier caso, no con nuestros cinco sentidos. Conoceremos a Dios cuando entremos en su inmensidad, cuando nos fusionemos con Él, cuando formemos parte de Él. Mientras una gota de agua esté separada del océano, no puede conocerlo; pero cuando regresa al océano, ya no puede separarse de él, se ha convertido en el océano y lo conoce.
Así pues, mientras el ser humano continúe siendo como una gota separada, no puede comprender la inmensidad y lo infinito de Dios. Es necesario que se funda, que se fusione, que se pierda en Él. Es entonces cuando le conoce, porque se convierte en Él, es Él. Pero hasta entonces, permanecerá fuera de Dios, y continuará preguntándose acerca de su existencia”.
Omraam Mikhaël Aïvanhov
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