Cuando la Gracia de la Madre Kali o cualquier aspecto de la Madre Divina entra en nosotros, pueden ocurrir milagros en un abrir y cerrar de ojos…
Quisiera deciros que hay una gran diferencia entre conocimiento y sabiduría. El conocimiento viene de los libros, pero la sabiduría puede venir, o bien de los más profundos rincones de nuestro corazón, o bien directamente de nuestra alma, o bien desde Lo Alto. Este tipo de sabiduría es infinita, infinitamente superior al conocimiento.
Si Le rezas al Supremo por la sabiduría interna, ciertamente Él te la dará. Si quieres servirle en elevar la conciencia de la humanidad, si quieres tomar parte en Su Juego Cósmico, si quieres ser Su instrumento supremamente elegido, entonces Él te concederá esa oportunidad dorada.
Dulcísimos niños, vais a vivir en la Tierra durante otros cincuenta, sesenta u ochenta años, y entonces vuestro cuerpo se irá. ¡Veréis cuán fugaces son estos años! Pero si tenéis aspiración, podéis crecer hacia la vida eterna. Cuanto más lleguéis a conocer conscientemente al alma, la cual es representante directa de Dios, más creceréis en la Luz , la Paz y la Dicha infinita de Dios y más podréis manifestar estas cualidades sobre la tierra.
Todo el mundo quiere felicidad. Pero la verdadera felicidad sólo viene de la unidad con la voluntad de tu alma, con la Voluntad de Dios. Si obedeces Su Voluntad, sin descanso y sin aliento, entonces serás feliz.
Por lo tanto, queridos míos, valorad vuestra vida espiritual. No dependáis de otros para que os inspiren y os ayuden. Sed vuestra propia inspiración. Las buenas cosas que estáis haciendo, aumentadlas. No confiéis en vuestra mente cuando dice: "Esto está bien". En un momento la mente dirá, "Ve por aquí", y al momento siguiente dirá "Ve por allá". La mente sólo está jugando al fútbol contigo. Pero el corazón no hace eso, el corazón conoce la Voluntad del Supremo y el corazón siempre te dirá que vayas hacia la Luz. Así pues, si puedes permanecer siempre en el corazón, serás siempre capaz de avanzar hacia la Ribera Dorada. Con infinito amor, compasión, interés y orgullo divino os estoy pidiendo, mis dulces niños, que permanezcáis siempre como las más hermosas y fragantes flores dentro del Jardín-Corazón del Supremo.
Sri Chinmoy