Aprende a ser SOLIDARIO, HAZTE MÁS HUMANO.....comparte lo que el Cielo te da.

¿Qué derecho tengo para comer?
¡Sí!... bueno, así lo afirma la Declaración de los Derechos Humanos.
¡Si, ya sé! ¿Pero porqué, yo? … si hay tantos que no comen
Bueno porque laboras, “te ganas el pan con el sudor de tu frente” (no con el sudor del de al frente)
¿Por qué trabajo? mmm… hay tantos que trabajan muy duro y sin embargo no les alcanza ni para comer.
Y a otros los mantienen y comen sin necesidad de trabajar…
No sé,… me sigo preguntando… ¿qué derecho tengo yo para comer?
Bueno pensé que era por lo que te dije…no se me ocurre otra razón… tal vez tan solo es que tienes suerte.
De repente… más bien creo que es una gracia, una dádiva, un regalo.
Piensa,...
Todos venimos con una limitación de diseño natural designado por el cosmos.
Que nunca podrás comer más de lo que cabe en tu pequeño estómago.
¿Y si estás enfermo? por más dinero que tengas para comprar cualquier delicia.
Estarás limitado a ser mediante una sonda alimentado
O a guardar una estricta dieta serias conminado.
Y aún peor, puede que por una enfermedad pierdas la capacidad de saborear y toda comida te sabrá igual.
Por ello aunque tengas riqueza o adquiridos derechos, la capacidad de comer, disfrutar y el que tengas algo que masticar es un regalo y así lo debes considerar.
No es por dinero, ni por una ley que comes, ¡es por la gracia del cielo! que te alimentas y saboreas, sea como un gourmet o solo como humilde comensal.
Mira que ni con toda la tecnología humana, se podría crear o producir un simple grano de arroz o de trigo (casi digo mostaza también)
Sin embargo con esa sencillez del arroz o el trigo El ha alimentado a humanidades durante milenios.
Y me pregunto ¿Y los minerales, las vitaminas, los oligoelementos y etc., etc.…? pareciera que la vida no sólo se da por los alimentos, sino por algo más esencial…
Pero regresemos a lo nuestro…
Si hoy te tocó comer y tal vez porque te sucede todos los días y como mínimo tres veces al día (si no es más)
Y por ello te parece que es normal e incluso que es tu derecho, sin percibir que eres uno de los afortunados entre los millones de habitantes del planeta que tiene algo que masticar.
No te parecería prudente e importante, ya que te das cuenta que es una gracia eso de tener alimento que a la boca llevarte.
Sea poco o abundante, y por ello dar gracias es noble e imperante.
Y no te parecería siguiendo el ejemplo del cielo (que sin importar a quien distribuye su gracia) compartir de lo que tienes de tu diario haber para comer.
¡Si te estoy hablando de ser solidario! separa un dinero para alimentar a aquel que la gracia no tuvo y necesita que le compartas de lo tuyo.
De repente este es un plan divino, eso de darles a algunos mucho y a otros nada.
Tal vez porque el cielo quiere que practicando a ser como Él, así algún día te conviertas en El.
(Como un maestro que lleva la mano del estudiante hasta que éste aprende a escribir)
Que imitándolo en su solidaridad algún día descubras que eres un ser humano.
No te invito a que des limosnas, ni regalos, ni donativos, sí a que compartas, porque descubriste que es la misma humanidad la que corre en las venas de los que carecen, como la que a ti te deben de entibiar.
Ahora que es el momento de tu fortuna (y aunque no la tuvieras) ahorra un poco en tu comer (aunque sea un décimo) y comparte eso con los menos afortunados, no busques a quien, ni te fijes en quien, sólo hazlo ahora y bien.
El hambre muerde y hace doler la tripa y no espera que lo pienses, solo que actúes aprisa.

de Poemas a mi ego de Eduardo Buenaventura Díaz