Porque el deleite que deviene es del alma que ama y no del instinto que se place.

Los celos son solo la prueba de una carencia interior, que ese ser está completando.
De tras de cada posesor o poseído, un fuerte componente emocional hay que resolver, sanar y liberar.
Así deberíamos preguntarnos qué carencia de nuestro psiquismo, esa persona está completando.
No podemos avanzar colgados o atrapados a alguien o de alguien, debemos liberar y liberarnos.
Sanándonos ascendemos a otro estado.
Nos damos libertad y en contraparte damos levedad a ese ser, al permitir que su ser sea.
Y eso nos eleva también.
Para poder amar sin sufrir y así gozar en el amar.
¡Ama sin condición!
En una cultura donde se alaba la posesión y pertenencia es casi imposible saborear la delicia que se da al amar con tanta pureza.
Deberíamos intentarlo,... si deseamos ser en verdad felices.
Porque el deleite que deviene es del alma que ama y no del instinto que se place.
Ni de la carencia que se satisface.
Ser libres no es solo una cuestión de límites geográficos o leyes injustas sino de los barrotes de los apegos también.
Amar sin condición, preciado don del amoroso corazón.

Poemas a mi ego, de Eduardo Buenaventura Díaz